Revolución tecnológica abre grandes retos laborales para América Latina y el Caribe, dice OIT
SANTO DOMINGO. Un mundo que cambia cada vez más rápido impulsado por las nuevas tecnologías y paradigmas en todos los ámbitos, está causando grandes retos en materia laboral y educativa para América Latina, una región que está llamada a evolucionar para aprovechar su bono demográfico.
Así lo dijo en entrevista con Efe el director de la oficina regional para América Latina y el Caribe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), José Manuel Salazar-Xirinachs, quien se encuentra en Costa Rica para participar en varios eventos.
“El futuro del trabajo es clave, porque de ello va a depender que haya mejores y más empleos para los jóvenes. Debemos hacer que el crecimiento sea inclusivo para los jóvenes, porque de lo contrario sería un desperdicio de talento para efectos del desarrollo de las sociedades latinoamericanas y un caldo de cultivo para problemas de criminalidad”, dijo Salazar-Xirinachs.
Datos de la OIT indican que en América Latina el desempleo en jóvenes alcanzó el 18,7% en 2016, tres puntos porcentuales más que el año anterior, y que además el 50 % de los que tienen trabajo se desempeña en el sector informal.
En la región hay unos 114 millones de jóvenes en edad de trabajar de los cuales 20 millones ni estudian ni trabajan (conocidos como ninis) y unos 54 millones participan de la fuerza laboral, un “bono demográfico” que para el director regional de la OIT, no está siendo aprovechado.
“América Latina todavía está en el bono demográfico, pero es una ventaja que se concreta solo si los jóvenes se capacitan, se educan y tienen suficientes empleos (...), en estos momentos hay más desperdicio que aprovechamiento de talento y ese es el gran reto”, dijo.
Salazar-Xirinachs señaló que la región debe adaptarse con mayor rapidez a los cambios tecnológicos para no quedarse rezagada y apuntó a que es necesario fortalecer las instituciones de capacitación para que formen el talento humano acorde a las nuevas necesidades, especialmente empleos relacionados a las tecnologías.
“Con la revolución tecnológica las empresas ya no solo requieren las habilidades técnicas tradicionales, sino las ‘habilidades del siglo 21’, que son la creatividad, el trabajo en equipo, liderazgo. El nuevo paradigma de enseñanza se hace la pregunta de cómo hacer para que los jóvenes desarrollen las habilidades técnicas, socio-emocionales y de carácter para estar a la altura de las necesidades del mercado”, explicó.
Otro punto clave para la región es “reinventar y repensar” los centros de formación para que brinden las herramientas técnicas a los jóvenes en un modelo integrado junto con habilidades de creatividad, empresarialismo y emprendedurismo para que también puedan crear sus propios negocios.
“Nuestros sistemas educativos en América Latina están bajo un modelo que fue creado hace 100 años para satisfacer una industria clásica de aquellos tiempos. Ahora la industria se está digitalizando, robotizando, hay un cambio de paradigma en la producción mundial”, expresó.
El director regional de la OIT destacó como un ejemplo a Brasil, el cual ha creado un sistema de contacto cercano con el sector empresarial para generar el talento humano capacitado y acorde con las nuevas exigencias del mundo en la actualidad.
“Resulta más eficaz entrenar a los jóvenes en los equipos de las empresas. Ahora todo es digital y es un cambio total que requiere nuevas capacidades y habilidades. Pero también hay que cambiar los currículos educativos”, detalló.
En el año 2000 había en la región 30 millones de personas mayores de 65 años y para el 2050 habrá 155 millones, lo que será un enorme reto para pensiones y sistemas de cobertura, pero también una gran oportunidad para la economía del cuido (médicos, terapeutas) y de la recreación, afirmó Salazar.
Un informe divulgado este mes por la OIT, basado en una encuesta no representativa aplicada por internet a 1,544 jóvenes de la región, revela que existe optimismo dentro de esta población para el futuro.
Los datos indican que 3 de cada 5 jóvenes ve con mucha confianza su futuro al año 2030, el 61% cree que las nuevas tecnologías afectarán su futuro laboral, un 59% que los cambios tecnológicos serán positivos, un 73% que necesitará capacitarse constantemente y un 29% que la tecnología podría reemplazarlo en sus labores.
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