Solo el 1 % de la población dominicana dona sangre voluntariamente
Santo Domingo
Un ambiente silencioso y relajado se percibía en el área de donación de la Cruz Roja Dominicana. Recostado sobre una camilla negra, ubicada al lado derecho del lugar, se encontraba ayer el donante Juan de los Santos, quien hace más de 10 años eligió este banco como su segundo hogar, donde va a dejar su sangre de forma regular.
El deseo de ayudar y preservar la vida de otras personas lo lleva a realizar “esta muestra de amor”, que se concreta en cada unidad de sangre depositada.
Un ceño fruncido le caracterizó al momento que trataba de enumerar las ocasiones en que ha realizado estas donaciones. Pasado varios minutos, aún no tenía listo el cálculo.
En esa ocasión, el motivo de su visita era su hija, que está próximo a dar a luz, y necesita 500 cc de sangre. Esta disposición de colaboración no solo se ha quedado hacia sus familiares. También ha sido transmitida a amigos y hasta desconocidos.
“Siempre hay personas que te necesitan y hay que ayudar. Es bueno saber que uno le puede dar la oportunidad a otras personas para que preserven su vida”, dijo, dejando ver una sonrisa, mientras una profesional lo canalizaba.
Un acto como el que ejemplariza De los Santos puede salvar vidas. No obstante, la cultura de donación voluntaria en el país está en un uno por ciento, debiendo haber alcanzado el 4 %, lo que ha llevado a este banco de sangre a funcionar con el sistema tipo trueque.
El 90 % de las unidades con las que trabajan son las de reposición. Para poder obtener una pinta, las personas necesitan llevar un donante con el que se pueda reponer la unidad saliente.
Estas declaraciones fueron ofrecidas por la encargada del área de Promoción de Donación Voluntaria, Lucrecia Rosario, y los doctores Vinicio Romero y César Matos, encargado administrativo del Banco de Sangre, y director de la Red Nacional de Bancos de Sangre, respectivamente, durante entrevistas concertadas con LISTÍN DIARIO.
A Matos, de su lado, le preocupa e intranquiliza la situación que podría pesar sobre el país ante una posible catástrofe. Afirma que se está preparado solo para suplir las necesidades diarias de sangre, que rondan entre 250 a 300 unidades diarias, pero que el problema sería que hubiese alguna catástrofe en la que se requiera una cantidad mayor a la que se sirve diariamente, “no sería posible responder a eso”.
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