Ese robo de base fue el número 250 en la carrera de José Ramírez, y lo colocó en una lista que, hasta ese momento, no tenía ningún nombre en toda la historia de las Grandes Ligas. Ramírez ha conectado 250 jonrones y se ha robado 250 bases. Ningún tercera base titular en la historia del deporte había logrado eso antes.

Entre todos los jugadores de posición, es el número 24 en alcanzar el club de 250-250 en su carrera. Es el segundo ambidiestro que lo logra, uniéndose a Carlos Beltrán. De hecho, ya lleva 260 jonrones y contando.

El trajín diario del béisbol en un mercado poco llamativo como Cleveland ayuda a explicar por qué José Ramírez no es tan reconocido como tal vez debería. Además, no es un jugador estridente ni está constantemente en redes sociales.

Simplemente llega al estadio todos los días y cumple. Ramírez es, sin duda, uno de los mejores bateadores en la historia de la franquicia de béisbol de Cleveland, y eso resulta algo sorprendente.

Cuando debutó, no estaba claro si tenía las habilidades con el bate como para mantenerse a largo plazo. En cambio, encontró la fórmula y se convirtió en una leyenda del deporte.

Su legado aún no está completamente escrito, pero José Ramírez ya se ha asegurado un lugar, de muchas maneras, entre los inmortales del béisbol.

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