El SoC Apple A10 es muy potente, pero su GPU no está a la altura.
Cuando el gigante de Cupertino presentó el SoC Apple A10 todos quedamos sorprendidos por el salto a un procesador de cuatro núcleos, aunque la GPU se ha mantenido “escondida” con un secretismo excesivo.
Por suerte ese halo de misterio se ha roto definitivamente y ya hemos podido descubrir todo lo que hay detrás de la GPU del iPhone 7, una solución gráfica que por desgracia no está verdaderamente a la altura de su CPU.
Decimos esto no porque la misma sea mala, sino porque no está la altura del cambio que marca el nuevo procesador de cuatro núcleos del SoC Apple A10, ya que la GPU se basa en una versión retocada de la misma PowerVR 7600 que se utiliza en el iPhone 6s.
Según las primeras informaciones lo que se ha hecho en la GPU del nuevo smartphone tope de gama de Apple es aumentar las frecuencias de trabajo en un 50%, lo que obviamente logra un aumento de rendimiento importante pero tiene a su vez un problema claro, el calor generado.
Cuando su núcleo gráfico trabaja a máxima frecuencia supera a todas las soluciones gráficas para terminales móviles que existen actualmente, pero también dispara el consumo y no es capaz de mantener ese pico de rendimiento por mucho tiempo debido al exceso de calor, por lo que acaba bajando “revoluciones” y perdiendo rendimiento de forma notable tras un breve periodo de uso.
Por este motivo aunque en efecto puede ser considerada como la GPU más potente en su categoría a día de hoy los expertos coinciden en que la Adreno 530 del Snapdragon 820 es mejor por una razón muy simple, es mucho más equilibrada en tamaño, consumo, temperaturas y rendimiento.
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