Mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea, aumentó en últimos 20 años
A nivel mundial, septiembre es el mes en el que se genera concientización sobre los diferentes tipos de cáncer en sangre. Un ejemplo de estos padecimientos es el mieloma múltiple, un tipo de cáncer de médula ósea que ha aumentado en los últimos 20 años, especialmente en países de ingresos medios y bajos.
Tan solo en 2020, la Organización Mundial de la Salud informó que se diagnosticaron alrededor de 176 mil nuevos casos de mieloma en todo el mundo, y se registraron 117 mil muertes por esta causa.
La médula ósea es una parte crucial del sistema inmunitario, que ayuda a proteger al organismo de gérmenes e infecciones. El mieloma múltiple debilita la respuesta inmunitaria del organismo y puede provocar infecciones. Si no se trata, también puede causar problemas en los huesos, los riñones y el recuento sanguíneo.
Noopur S. Raje, MD, directora del Centro de Mieloma Múltiple de Mass General Cancer Center, responde a las preguntas más frecuentes sobre esta enfermedad.
¿Qué causa el mieloma múltiple?
El mieloma múltiple comienza en la médula ósea como una célula plasmática, un tipo de glóbulo blanco.
No sabemos qué hace que las células de la médula ósea muten (cambien) en células de mieloma, pero una vez que las células han mutado, se reproducen mucho más rápidamente que las células normales. La causa fundamental de la mutación puede deberse a factores como la raza, el sexo o los antecedentes familiares. Algunos factores conductuales o ambientales, como la ocupación y la exposición a determinadas sustancias químicas o pesticidas, también pueden ser causantes.
El mieloma múltiple afecta a algunas poblaciones más que a otras, entre ellas: personas de 60 a 80 años, hombres, afrodescendientes, personas con antecedentes familiares de la enfermedad, personas con sobrepeso u obesidad.
Síntomas
Los signos y síntomas comunes del mieloma múltiple pueden incluir: debilidad o agotamiento, pérdida de apetito o pérdida de peso, confusión o «niebla cerebral” y dolor de espalda.
Los menos frecuentes o poco frecuentes pueden incluir: náuseas, sed, estreñimiento y ganas frecuentes de orinar.
Con el tiempo, los síntomas del mieloma múltiple también pueden dar lugar a complicaciones, entre las que se incluyen, dolor en la columna vertebral, caderas u otros huesos, infecciones persistentes, como neumonía, infecciones de la piel, de los senos paranasales y de la vejiga, problemas renales, incluidas infecciones e insuficiencia renal.
Diagnóstico
Los especialistas pueden diagnosticarlo mediante: análisis de sangre, de orina, pruebas de médula ósea y pruebas de diagnóstico por imagen.
Algunos ejemplos de pruebas de diagnóstico por imagen utilizadas incluyen: Los rayos X utilizan pequeñas cantidades de radiación electromagnética para ver el interior del cuerpo y producir imágenes bidimensionales en blanco y negro de los huesos y órganos internos.
Las IRM (imágenes por resonancia magnética) utilizan campos magnéticos y ondas de radio para crear imágenes muy precisas del interior del cuerpo y detectar enfermedades u otras anomalías.
La TC (tomografía computarizada, a veces denominada «TAC») utiliza radiaciones ionizantes para combinar múltiples radiografías de «cortes» en una imagen tridimensional en capas denominada tomografía.
Los escáneres TEP (tomografía por emisión de positrones) utilizan «trazadores» radiactivos que se ingieren, inyectan o inhalan para poder ver la estructura y el funcionamiento de las células y los órganos internos.
Tratamientos
Durante muchos años, la quimioterapia fue el tratamiento estándar del mieloma múltiple. Sin embargo, la quimioterapia tradicional a menudo producía efectos secundarios no deseados, entre ellos: náuseas, vómitos, caída del cabello.
Hoy en día, los nuevos tratamientos contra el cáncer han reducido enormemente los efectos secundarios y permiten a los pacientes vivir con mucha más normalidad y durante mucho más tiempo. En el pasado, la esperanza de vida de los pacientes con mieloma múltiple era de sólo 3 o 4 años.
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