Caldo de huesos: ¿Moda o beneficio real para nuestra salud?
Los caldos de huesos han vuelto a nuestras cocinas. Para mi abuelita, un buen caldo era la estrella contra cualquier mal. Y es que una sopa calientita, con ingredientes frescos, y llena de sabor es simplemente reconfortante.
Y ella no era la única fiel creyente de esto. Casi todas las abuelas, latinas o no, recurrían a los caldos cuando alguien se enfermaba. Como chef, siempre he valorado el sabor tan especial que un caldo hecho en casa le puede dar a cualquier plato.
Estos caldos pueden ser hechos de huesos de pollo, pavo, res o puerco. Los huesos se dejan hervir por varias horas para que suelten todos sus minerales, vitaminas y gelatina. Se les puede añadir vegetales, los vegetales se descartan al finalizar la cocción y queda un caldo sustancioso que los más entusiastas disfrutan como cualquier otra bebida.
Pero ¿qué dice la ciencia?
Los fanáticos de los caldos de huesos atribuyen múltiples beneficios para la salud al consumo regular de este alimento. Sin embargo, la Dra. Diane Pérez, colaboradora de AARP en español, considera que “más allá de ser un alimento de sabor agradable y proporcionar reconfortante calor no aporta mayor beneficio para la salud, aunque se consuma todos los días”.
Pérez argumenta que la evidencia científica disponible no ha logrado demostrar contundentemente los beneficios para la salud que se le atribuyen a nivel popular. En cambio, algunos estudios sí han comprobado el leve efecto del caldo de hueso de pollo para aliviar las congestiones nasales. Asimismo, investigaciones más recientes, según la doctora, apuntan al efecto antiinflamatorio de estas sopas al inhibir los neutrófilos o leucocitos que ayudan a la destrucción de bacterias y hongos.
Monica Auslander Moreno, dietista y fundadora de Essence Nutrition, opina distinto y asegura que existen beneficios nutritivos al incorporar los caldos a una dieta balanceada. “A muchas personas les cuesta hidratarse correctamente. El caldo de hueso es completamente líquido y es una forma de mantenernos hidratados. Si estás padeciendo de alguna infección respiratoria o estomacal, la hidratación es extremadamente importante”.
La dietista agrega que la prolina y glicina, dos aminoácidos que forman parte del colágeno de los huesos, son componentes favorables para el estómago de personas con problemas gástricos. “Al hervir los huesos también se desprenden calcio, magnesio, hierro y vitamina B12. Aunque la cantidad no sea grande, sí elevan el valor nutricional de cualquier plato”.
Después de hablar con estas dos expertas, concluyo que tomar caldo de huesos no me va a hacer desaparecer las arrugas ni restaurar la vitalidad en mis rodillas, como reclaman los fanáticos, pero está claro que no existe contraindicación que me prevenga de consumirlo.
Recuerda que la mejor forma de saber si un alimento nos funciona o no es ingiriéndolo y viendo cómo reacciona nuestro cuerpo. Tal vez eres de los que se puede tomar el caldo en una taza de té o seas de los que prefiere utilizarlo en una de tus recetas favoritas. Un caldo de huesos no sustituye una comida, pero constituye una buena base para un plato nutritivo.
Caldo de patas de pollo
Rinde 8 tazas
INGREDIENTES
3 libras de patas de pollo
1 cebolla mediana cortada en 4
2 puerros limpios y las partes blancas cortadas en 4
1 zanahoria cortada en 4
3 dientes de ajo
2 ramitas de romero
1 cucharadita de pimienta negra entera (dulce, malagueta)
1 cucharada de sal marina al gusto
Agua filtrada
Se recomienda una olla de presión de 6 cuartos (aproximadamente 25 tazas) para elaborar este caldo.
PREPARACIÓN
1. Precalienta el horno a 400°F.
2. Coloca las patas en una bandeja de hornear. Hornéalos por 20 minutos, hasta que estén dorados.
3. En la olla de presión, sobre fuego mediano-alto, añade las patas y demás ingredientes. Llena 2/3 partes de la olla con agua. Tápala bien y cocínalos a alta presión por 1 hora. Reduce el fuego a mediano-bajo y cocínalos por 2 horas más.
4. Apaga el fuego y deja que la olla bote la presión naturalmente.
5. Cuela el líquido y descarta los sólidos o impurezas que se hayan desprendido de las patas. El caldo debe de quedar algo gelatinoso.
Nota: Si lo guardas en la nevera te puede durar hasta 5 días o hasta 6 meses congelado.
La chef y conductora de televisión, Ingrid Hoffmann, es autora del libro de recetas “Clásicos latinos a lo saludable”, una colaboración con la Asociación Americana de Diabetes.
Caldo de hueso de res
Rinde 8 tazas
INGREDIENTES
3 libras de huesos de médula ósea de res
1 cebolla mediana picada en 4
2 tallos de apio picados en 4
1 zanahoria picada en 4
2 ramitas de tomillo
1 cucharadita de pimienta negra entera (dulce, malagueta)
1 cucharada de sal marina al gusto
Agua filtrada
Se recomienda una olla de presión de 6 cuartos (aproximadamente 25 tazas) para elaborar este caldo.
PREPARACIÓN
1. Precalienta el horno a 400°F.
2. Coloca los huesos en una bandeja de hornear. Hornéalos por 20 minutos, hasta que estén dorados.
3. En la olla de presión, sobre fuego mediano-alto, añade los huesos y demás ingredientes. Llena 2/3 partes de la olla con agua. Tápala bien y deja hervir los huesos a alta presión por 1 hora. Reduce el fuego a mediano-bajo y cocínalos por otras 3 horas.
4. Apaga el fuego y deja que la olla bote la presión naturalmente.
Cuela el líquido y descarta los sólidos o impurezas que se hayan desprendido de los huesos. El caldo debe de quedar algo gelatinoso.
La chef y conductora de televisión, Ingrid Hoffmann, es autora del libro de recetas “Clásicos latinos a lo saludable”, una colaboración con la Asociación Americana de Diabetes.
- Hits: 215