Fiebre amarilla: una amenaza real
La fiebre amarilla es una enfermedad con una alta mortalidad. Sus síntomas son muy parecidos a los de la gripe e incluyen, fiebre, cefalea, dolores musculares, nauseas, vómitos, fatiga e ictericia o color amarillo de la piel a lo que debe su nombre.
“Las grandes epidemias, las de origen infeccioso y también las crónicas no transmisibles, incluyendo las modernas patologías sociales y ambientales, están representadas por el cuarto jinete del Apocalipsis, montado en su caballo amarillo, portador de la muerte y la enfermedad”. “Sería éste, el porta estandarte de una legión de asesinos a caballo, cada uno responsable de una calamidad biológica”. (Ronald Evans, “El Cuarto Jinete del Apocalipsis”, 16 de marzo/2017).
Leyendo sobre la aparición de un brote de fiebre amarilla en Brasil, publicado en la prestigiosa revista New England Journal of Medicine, a Ronald Evans le vino al recuerdo la imagen del jinete del Apocalipsis provisto de la guadaña de la muerte. Porque en efecto, traída al continente americano por los años 1,600, procedente del África, la fiebre amarilla, desató epidemias muy graves con miles de defunciones desde Nueva York a Buenos Aires, hasta que apareció la vacuna desarrollada por el virólogo Max Theiler en 1937. Esta vacuna, con una sola dosis, confiere inmunidad de por vida al 99% de los vacunados según la OMS. Desde entonces, solo se conocían casos aislados de pequeños brotes selváticos en Brasil, pero resulta, que el brote de fiebre amarilla que surgió en ese país en diciembre del año pasado en zonas rurales, superó las tasas normales que se esperaban para esa época del año, con algunos casos reportados cercanos a centros urbanos que incluyeron a Río de Janeiro y Sao Paulo.
Algunos expertos temen que la propagación de la enfermedad, pueda parecerse a la del virus Zika que surgió en Brasil en el 2015 y que luego se extendió a más de 60 países incluyendo los EE.UU.
La enfermedad se contagia cuando el mosquito pica a un mono infectado para luego picar a una persona. Pero resulta, que el mosquito que transmite el dengue, chikungunya, el Zika y el virus del Nilo Occidental, es el mismo vector que transmite la fiebre amarilla, que vive en muchos de nuestros países y al que conocemos como Aedes Aegipty.
En esta época de frecuentes viajes internacionales, cualquier aumento de casos domésticos que se registre en Brasil, plantea la posibilidad de contagios relacionados a estos viajes. Haciendo de la fiebre amarilla una amenaza real que obliga a una vigilancia más rigurosa de país a país, exigiendo la vacuna contra esta enfermedad al menos 15 días antes de viajar, y de igual forma, exigiendo constancia de haber sido vacunado a todo viajero procedente de zonas endémicas.
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