“Pasé 12 horas pariendo a mi bebé muerta”
el drama de buscar un aborto en América Latina, la región con las leyes más estrictas del mundo.
La terrible noticia llegó con la primera ecografía.
Andrea tenía 11 semanas de gestación cuando descubrió que su bebé no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir porque tenía un tumor entre el cuello y la cabeza.
Visitó a cinco médicos y todos le dijeron lo mismo: lo único que podía hacer era esperar a que la bebé muriera, naturalmente, en su vientre. Cuando eso ocurriera, podría dar a luz.
"Fue una tortura esperar a que llegara ese momento. El tiempo se detuvo, no encontraba la manera de afrontar esa situación. La incertidumbre era horrible, sentía que todo en mi vida estaba mal", le cuenta Andrea a BBC Mundo.
A medida que el tiempo transcurría, su salud se deterioraba, no podía caminar, dormir ni comer, había perdido mucho peso.
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