Limón: Las mil curaciones que nacen de un solo fruto.
"Un libro entero podría escribirse sobre las virtudes del limón (Verde o Amarillo, distinto a la Lima amarga). Podemos decir que tomar jugo de limón en ayunas es una efectiva herramienta para efectuar una profunda higiene en todo el cuerpo, como si fuera un detergente natural que enjabona y enjuaga las células. Es un poderoso alcalinizante de los tejidos intersticiales, tonifica las venas, disuelve cálculos renales, combate la osteoporosis y es de invalorable ayuda para el diabético.
Es importante recordar que el cáncer prospera solo en un medio ácido, y el efecto fisiológico final del limón es alcalinizante. Mucha gente huye del sabor acido del limón porque piensa que le dará acidez estomacal y gastritis. La verdad es que el limón tiene la capacidad de neutralizar los ácidos estomacales. Toda persona que sufra de acides puede tomar el juego de un limón en un vaso de agua y vera como de inmediato neutraliza el ácido clorhídrico del estómago.
En personas con estancamiento del hígado o infecciones crónicas, se puede hacer una breve modificación: licuar el limón entero y luego colarlo. La semilla del limón contiene antibióticos naturales y la cascara ayuda a mover la obstrucción del hígado.
En el imaginario popular, se cree que el limón crea anemia y baja las defensas. Muchas personas se resisten a su consumo por este temo. Sin embargo en casos de anemia, podemos incrementar la absorción del hierro con el jugo de limón, porque su vitamina C ayuda a preservar el hierro. Ademas activa los leucocitos y fortalece la inmunidad del cuerpo. El limón es un bactericida de poderosa acción antiséptica y de ninguna manera va a debilitar la inmunidad.
La cura con Limón (Receta):
Consiste en consumir el jugo de un limón en un vaso con agua. Cada día se incrementa un limón, hasta llegar a una cantidad cómoda, que es variable y puede ser de seis a diez limones. Luego se reduce la cantidad de limones hasta llegar a tres o dos limones diarios. Esta es una dosis de mantenimiento que podemos continuar hasta que nos llame San Pedro. No hay restricción en la cantidad de agua que se mezcla con el limón - cada quien puede encontrar la mezcla que mejor le acomode- pero, en general, un vaso de agua suele ser suficiente.
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