El legado histórico del ingeniero, activista político y dirigente estudiantil de 28 años, Amín Abel Hasbún, fue recordado el pasado miércoles durante un homenaje, con motivo a su asesinato el 24 de septiembre de 1970.

El próximo domingo 24 este hecho cumplirá 53 años.

Mirna Santos, viuda de Amín Abel, que asistió al homenaje realizado en la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), lo rememoró como un hombre “tal vez demasiado firme”.

“En la vida muchas veces cuando se tienen objetivos muy claros, en procesos históricos, se crea una confrontación”, explicó Santos sobre la fortaleza del activista, que murió con 28 años, durante de los 12 años de Balaguer”.

“Abandonó lo que fue su vida de profesional productivo y valorizado como un gran estudiante”, agregó.

El director de la Escuela de Ingeniera Civil de la UASD, Omar Segura, definió al dirigente estudiantil como un “héroe” de República Dominicana, cuyo legado, “siempre será recordado aquí: en su amada universidad”.

Amín Abel, quien era de origen árabe, fue ultimado de un disparo en la cabeza por oficiales de la Policía Nacional mientras estaba en el interior de su apartamento —rodeado por agentes—, con su esposa Mirna, que se encontraba embarazada de su segundo hijo: Amín Abel Hasbún Santos, según reseñas de medios nacionales.

Ese día, también estaba presente su primer hijo, de dos años. El arma de fuego que utilizo uno de los policías fue una pistola calibre 45.

“Lo recuerdo siempre pensando que el legado, que él nos dejó, hace que uno entienda que él creó un camino de rosas, aunque éste lo llevó al patíbulo (en referencia al lugar donde murió)”, expresó Mirna a LISTÍN DIARIO.

La viuda, además, definió a Amín como un hombre que entendió cuál era su papel en el momento preciso dónde República Dominicana y Latinoamérica estaban en condiciones “sumamente precarias”, y dónde había una confrontación violenta por “lograr grandes cambios”, refiriéndose al periodo revolucionario durante el gobierno del expresidente Joaquín Balaguer.

Sobre los avances que ha logrado el país en materia de democracia: una de las preocupaciones y luchas del dirigente estudiantil, Mirna dijo que él debe “sentirse satisfecho desde su tumba”.

“Tal y como él decía siempre: ‘Los revolucionarios seguían haciendo la revolución después de muertos. Cuando ya no tenían vida para enarbolar el fusil o no tenían voz para propagar las ideas revolucionarias, todavía quedaban los huesos para que les sirviera de bandera’”, citó la viuda uno de los pensamientos del activista.