Putin exhibe poderío naval de Rusia con la puesta en quilla de seis buques
MOSCÚ.- El presidente de Rusia, Vladímir Putin, sacó este lunes su músculo con la puesta en quilla de seis buques de guerra en tres astilleros rusos en momentos en que el país se ve obligado a posponer una serie de importantes proyectos nacionales por los daños económicos ocasionados por la pandemia del nuevo coronavirus.
“Hoy en los tres principales astilleros de Rusia se han puesto en quilla simultáneamente seis nuevos buques”, afirmó durante la ceremonia, realizada en formato de teleconferencia, al calificar este hecho de “un importante y significativo paso en el desarrollo de la Armada rusa”.
El mandatario ruso señaló que los nuevos buques estarán equipados con “sistemas de armas, control y comunicación de avanzada y fortalecerán considerablemente el potencial bélico de la Armada rusa, incrementarán sus posibilidades estratégicas”.
Se trata, según Putin, de dos buques de desembarco en los astilleros de Kerch, en Crimea, dos fragatas en la fábrica Sévernaya Verf (Astilleros del Norte) de San Petersburgo y dos submarinos atómicos en la empresa Sevmash, ubicada en Severodvinsk, ciudad portuaria a orillas del mar Blanco.
“Durante los últimos ocho años la flota recibió más de 200 buques, lanchas y navíos de diversas clases. Necesitamos cumplir consecuentemente el programa estatal de armamentos para que en 2027 más del 70 % de los buques de la Armada rusa sean nuevos”, indicó.
Rusia se recupera lentamente de la pandemia del nuevo coronavirus, que ha trastocado los grandes planes económicos de Putin, que se ha visto obligado a retrasar seis años los objetivos de su plan de inversión estrella, dotado de más de 360.000 millones de dólares, con el que quería apuntalar el crecimiento y el desarrollo del país.
El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, propuso retrasar de 2024 a 2030 los objetivos de los proyectos nacionales con el argumento de las restricciones presupuestarias bajo las que Rusia tendrá que operar debido al coronavirus.
Ahora todos los esfuerzos se dedicarán a ejecutar el plan de recuperación económica anunciado en junio para contrarrestar el impacto del coronavirus y que tiene un coste de unos 70.844 millones de dólares.
El ambicioso proyecto de Putin, anunciado dos días antes de ser reelegido para un cuarto mandato en marzo de 2018, era la gran baza electoral del mandatario para colocar a Rusia “entre las cinco economías más grandes del mundo y garantizar ritmos de crecimiento superiores a la media mundial”, según dijo entonces.
Sin embargo, el coronavirus ha obligado a reconsiderar la situación y a frenar el grueso de estas iniciativas, con excepción, a todas luces, del programa militar, que se mantiene contra viento y marea.
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