El culé chapado a la antigua lleva días sufriendo. Mira el calendario, ve el partido de esta tarde ante el colista Córdoba, y busca rápido un refugio antinuclear en el que meter la cabeza. No se fía. Se le están poniendo las cosas de cara al Barça, demasiado bien, como para que no suceda algo raro. Su equipo no falla, la necesidad de que el Atlético grape la tercera posición en la Liga de manera matemática antes de la visita azulgrana al Calderón es ya casi una realidad, y el doble compromiso consecutivo del Madrid en Liga, ante Sevilla y Valencia, parecen no valer para no morderse las uñas. De edad cercana a los 40 y con una infancia marcada por las heroicidades del Madrid de la Quinta, a esta especie de seguidor culé no le sirve lo que aprendió con Cruyff, lo que le trajo Rijkaard ni la multimillonaria herencia aportada en la etapa de Guardiola.

De ahí que visitar El Arcángel supone un mar de dudas para ese perfil de hincha. Su idea es tan obsesiva que no le vale que Messi haya hecho él solo casi el doble de los goles que firmó todo el Córdoba (38 a 21) o que los andaluces, que deben ganar si no quieren descender este fin de semana (habrá que esperar a todos los resultados), sólo hayan sumado en su casa nueve puntos: una victoria y seis empates.

Sin presión. Más allá de sentirse decepcionado por la temporada, el vestuario del Córdoba cree en la heroicidad y quiere agradecer la fidelidad de su afición con una victoria sonada. Partiendo de la base de que el Madrid sufrió lo suyo para llevarse los tres puntos, se agarran a su autoestima para tratar de complicar la vida al líder. Llevan siete derrotas seguidas en casa y en algún momento debe romperse esa racha, creen algunos. ¿Es el día? Antes de comenzar el partido, todo indica que no, pero una vez la pelota ruede sobre el césped seco y alto del Nuevo Arcángel, la cosa puede ser diferente. Luis Enrique saldrá con todo, pese a que espera el Bayern. Hay que ir cerrando asuntos y el Barça y la estrella Messi no quieren líos.

Dos horas en la puerta del hotel

Cerca de las 21:00 horas, la expedición del Barcelona llegó a Córdoba en autobús, después de haber volado hasta Sevilla. Desde dos horas antes, la afición cordobesa esperaba en la puerta del hotel de concentración a los jugadores del Barça, que fueron aclamados. Córdoba celebra estos días las fiestas de las Cruces de Mayo.

Fuente: http://futbol.as.com/futbol/2015/05/02/primera/1430523321_342955.html?ref=rss&format=simple&link=link&id_externo_promo=elcaribe-dsp-as