Salud

Written by Keuris Tejada on . Posted in Salud.

Entrenar con una condición médica

Santo Domingo

Existen condiciones médicas que podrían dificultar ligeramente la práctica de ejercicio físico, pero no limitarla por completo.

Para la entrenadora personal Indhira Sánchez es importante tomar en cuenta lo anterior, pues la actividad física no solo contribuye a lograr una buena forma y promueve el bienestar, sino que también mejora la salud general.

¿Tienes asma, hipertensión, diabetes o problemas en alguna articulación? Según Sánchez, no tienes por qué dejar de ir al gimnasio. Con supervisión profesional puedes acondicionar tu cuerpo sin sufrir consecuencias negativas.

¿Sin supervisión?

Personas en buen estado de salud podrían lesionarse al hacer ejercicios de gran intensidad o ejecutar los movimientos de forma inadecuada.

Aquellos que tienen un problema médico de base deben ser todavía más cuidadosos.

“Es riesgoso y podría ser hasta fatal”, indica la entrenadora Indhira Sánchez.

Tengo condromalacia, ¿puedo ir al gimnasio?

Si tienes asma, diabetes, hipertensión, problemas en alguna articulación o estás en la tercera edad (etapa en la que suelen desarrollarse varias complicaciones de salud), no hay razón para renunciar a la meta de lucir un buen físico.

Existen ejercicios apropiados para cada persona, asegura la entrenadora personal Indhira Sánchez. No obstante, para practicarlos se necesita el apoyo de expertos que monitoreen al individuo de forma continua y con quienes este último pueda establecer una comunicación abierta y fluida.

“El entrenador tiene que ir monitoreando a sus clientes”, enfatiza Sánchez.

Una persona podría llegar a un gimnasio sin saber que tiene un padecimiento crónico y, con un ejercicio sencillo, fatigarse o quedarse sin aire. Un entrenador capacitado debe reconocer las señales de que algo anda mal y saber cuándo parar e incluso cuándo referir a su cliente al médico.

“Nosotros los entrenadores no somos doctores, nosotros debemos apoyarnos en ellos y ellos en nosotros”, expresa Sánchez, quien señala que, antes de crear cualquier rutina, un personal trainer debe conocer el historial del cliente (padecimientos de salud, si ha sido operado recientemente, si hay enfermedades crónicas en la familia, entre otras informaciones).

Aunque la persona que vive con un padecimiento crónico u otro problema puede entrenar, Sánchez aclara que esta debe introducirse en el mundo del fitness respetando el ritmo que le marca el organismo. Esto implica, como en el caso de cualquier otro individuo, aumentar el peso o la intensidad de los ejercicios gradualmente, teniendo siempre en cuenta las propias limitaciones.

Articulaciones

Problemas como la condromalacia (desgaste en la rodilla muy común hoy por la moda de los ejercicios de alta intensidad) y otras afecciones en las articulaciones hacen que muchas personas desistan de hacer alguna actividad física.

Al respecto, Sánchez dice que el afectado puede volver a ejercitarse luego de su recuperación, siempre y cuando lubrique la articulación antes de empezar cada rutina (con ejercicios de calentamiento y estiramiento). Es imprescindible, además, cuidar la posición y la técnica para hacer las rutinas, y es responsabilidad del entrenador velar por esto.

Asmáticos

“Las personas, cuando tienen asma, usualmente te dicen que no pueden entrenar. Nada más lejos de la realidad; tú lo que tienes que saber es cómo entrenarlas”, asegura Sánchez.

En estos casos, la entrenadora recomienda evitar los cambios bruscos de temperatura y los lugares húmedos o muy fríos, así como los ejercicios intensos durante un tiempo prolongado.

“Pueden hacer intervalos y no van a tener ataques de asma, sin embargo, cuando tú los mantienes a muy alta intensidad durante mucho tiempo sí le puede desencadenar un ataque de asma”, añade.

Conviene cuidar que el espacio esté limpio y libre de alérgenos.

Diabéticos

El ejercicio físico ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre, sin embargo, un diabético cuya condición no esté controlada podría cansarse fácilmente.

El diabético que desee ejercitarse en el gimnasio debe, ante todo, mantener controlada su enfermedad y seguir las recomendaciones y el tratamiento indicado por sus médicos (“Si es dependiente de la insulina, hay que asegurarse de que se administre su dosis diaria antes de ir a ejercitarse”).

Ya en el lugar de entrenamiento, dice Sánchez, hay que crear un entorno seguro en el que no haya riesgo de lastimaduras o tropiezos, ya que este paciente enfrenta el peligro de desarrollar pie diabético.

“Hay que tener mucho cuidado con esa parte, pero fuera de eso perfectamente tú le puedes crear una rutina según la persona”, asevera.

Hipertensos

Sánchez, quien entrena a varias personas con hipertensión, dice que siempre utiliza un medidor de frecuencia cardíaca para su evaluación inicial y le asigna a la persona algunos ejercicios funcionales para verificar su frecuencia cardiaca mínima y máxima.

En esos casos -dice- es importante ir aumentando el peso de forma progresiva, monitorear a la persona e ir controlando su respiración.

La experta dice que al paciente hipertenso se le pueden indicar rutinas de cardio, pero no sprint, ejercicios bruscos o de hit (entrenamientos de resistencia muy alta con intervalos de descanso cortos).

Es preferible que el médico que trata al paciente le indique de forma específica la frecuencia cardiaca máxima a la que puede entrenar y “no pasar de ahí porque tú estás trabajando con la salud del cliente”.

Embarazadas

Si no haces ejercicio, el embarazo no es un buen momento para comenzar. Sin embargo, si hacías ejercicio regular antes de quedar embarazada, puedes continuar con una vida activa. Sánchez recomienda tener cuidado y evitar movimientos que, como los abdominales, puedan afectar a la criatura.

Adultos mayors

Sobre las personas de la tercera edad, Sánchez dice que estas pueden hacer ejercicio pero no con pesos muy elevados que exijan un gran esfuerzo.

Para contrarrestar el avance de problemas como la osteoporosis se recomienda realizar ejercicios de fuerza con pesas.

INDHIRA SÁNCHEZ

Indhira Sánchez es entrenadora personal certificada por el National Council on Strength & Fitness (NCSF), entrenadora funcional certificada por el Institute of Human Performance (IHP) y miembro de la Federación Internacional de Fisicoculturismo y Fitness.

¿Su motivación? “Yo encontré mi pasión cuando vi que podía ayudar a la gente por medio de esto”.