SEÚL. Corea del Norte disparó el sábado tres misiles balísticos de corto alcance, de los cuales dos fallaron en pleno vuelo y el tercero explotó “casi inmediatamente”, un lanzamiento que se produce en un momento de fuertes tensiones entre Pyongyang y Washington.

El lanzamiento se produce después de que esta semana Seúl y Washington iniciaron el ejercicio militar conjunto que realizan todos los años, una operación en la que se movilizan decenas de miles de efectivos.

Los dos aliados presentan estas operaciones como defensivas, pero para Pyongyang representan una repetición provocadora de la invasión de su territorio. Cada año, Corea del Norte amenaza con represalias militares.

El ejercicio 2017 se produce además en contexto de alta tensión y de guerra retórica entre Washington y Pyongyang.

Según el ejército estadounidense, ninguno de los misiles constituyó una amenaza ni para Estados Unidos ni para la base estadounidense de la isla de Guam.

“El primero y el tercer misil (...) fallaron en el aire. El segundo misil parece haber explotado casi inmediatamente”, dijo el comandante Dave Benham, quien añadió que los lanzamientos se produjeron en un lapso de 30 minutos.

El ministerio de Defensa de Corea del Sur había informado el sábado que Pyongyang había lanzado un proyectil no identificado hacia el mar de Japón.

El “proyectil no identificado” fue lanzado a las 06H49 (21H49 GMT del viernes) y voló 250 kilómetros, según los datos del ministerio.

Las agencias de inteligencia de Estados Unidos y de Corea del Sur estaban analizando los datos sobre la trayectoria y otros parámetros para poder identificar el tipo de proyectil.

El lanzamiento fue informado inmediatamente al presidente Moon Jae-in.

“Los militares mantienen una vigilancia muy estrecha del Norte para responder a cualquier provocación potencial”, agregó el ministerio.

Avance de la tecnología de Pyongyang

Los ejercicios conjuntos “Ulchi Freedom Guardian”, unos ensayos basados en simulaciones informáticas que duran dos semanas, han generado irritación en la región.

El lunes China pidió a Washington que suspenda el ejercicio, esgrimiendo que la situación “la península de Corea es muy sensible y frágil, lo que requiere que las partes directamente implicadas, Estados Unidos y Corea del Sur incluidos, hagan esfuerzos conjuntos para rebajar las tensiones”.

En las últimas semanas Pyongyang lanzó varias amenazas de que con su tecnología actual podía golpear la isla de Guam, un importante bastión estratégico de Estados Unidos en la región donde hay más de 6.000 militares.

Después, el líder norcoreano, Kim Jong-Un, se distanció del plan y dijo que éste podía esperar pero advirtió que para esto “es necesario que Estados Unidos tome la opción correcta”.

Pyongyang realizó dos pruebas de misiles balísticos intercontinentales en julio, que parecen haber puesto a su alcance buena parte del territorio de Estados Unidos, a lo que el presidente norteamericano Donald Trump reaccionó advirtiendo que Washington podía responder con “fuego e ira”.

Pyongyang ha avanzado rápidamente en su tecnología militar, un programa que le ha valido un endurecimiento de las sanciones impuestas por la ONU.