El incierto entorno global pudiese ser una razón fundamental y una opción para que el Gobierno pueda optar por un acuerdo con el FMI.

El favorable desempeño de la economía dominicana ha roto las proyecciones de los economistas Roberto García Saltos, Fan Zhang y Ruxandra Teodoru, que en un estudio para el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyectaron una ralentización (menor crecimiento) a escala mundial y para la economía de RD, para la cual estimaron un estancamiento en el producto interno bruto (PIB) de un 4.5% de aquí al 2020. El estudio está contenido en el documento número 16/250, publicado por el Fondo el 23 de diciembre de 2016.

De acuerdo con el informe sobre la economía dominicana, las autoridades monetarias del Banco Central revelaron un crecimiento del PIB de 6.6% en 2016, por encima de su potencial; con una inflación de 1.7%, la más baja de los últimos 33 años.

A pesar del anuncio oficial del alto crecimiento económico alcanzado por República Dominicana en 2016, incluso superior a los demás países de la región de América Latina y el Caribe (ALC), junto a Panamá con todo y su Canal, no estaría de más preguntarse si pese a ello esta nación habrá de necesitar del respaldo del Fondo Monetario.

El organismo financiero multilateral, considerado la “policía económica global”, ofrece asistencia técnica y financiera a todos sus miembros. De acuerdo al Artículo IV de su Convenio Constitutivo, cada determinados años una misión del FMI visita los países miembros para evaluar el comportamiento de sus economías y recomendar políticas tendentes al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica, en momentos de incertidumbre mundial o no.

Para obtener financiamiento inmediato de sus arcas, o tener la opción de acceder a él si se necesita, se requiere firmar un acuerdo en el que el país recibe préstamos a cambio de la aplicación de medidas locales, acordadas con el “staff” de la institución, que garanticen estabilidad y, evidentemente, retorno.

¿Por qué sería deseable firmar un acuerdo con el Fondo, que pudiera ser precautorio, a pesar de que la economía haya alcanzado un robusto crecimiento? Porque el entorno internacional, de gran influencia en una economía tan abierta como la dominicana, plantea serios riegos ante los cambios que pueden sacudir la economía global como consecuencia de las políticas a implementar por el presidente estadounidense  Donald Trump.

Al observar en 2016 cuáles son los sectores que han crecido más se encuentra la minería, con un aumento de 26.5% y hoteles, bares y restaurantes en un 6.4%, ambos estrechamente vinculados a factores externos, es decir, al comportamiento de los precios de los metales en cuanto a la minería y, de cómo vaya el empleo y los recursos de los visitantes extranjeros, en el segundo caso.

El crecimiento en los demás sectores como la construcción, intermediación financiera, transporte, manufactura local, agricultura y servicios, aunque con menos dependencia del entorno internacional y potencialmente pasibles de ser estimulados con políticas de desarrollo adoptadas por las autoridades monetarias y fiscal locales; también pueden ser afectados por el desenvolvimiento de la economía estadounidense y, en menor medida, de otras naciones, mediante su efecto en el crecimiento del PIB de la economía dominicana, debido al desempeño de las remesas y de la Inversión Extranjera Directa (IED), entre otros.

Otro de los temores en países dependientes del comercio internacional como República Dominicana es la fortaleza que ha registrado el dólar en los mercados externos, lo cual puede golpear la balanza de pagos, ya que este país es uno de los importadores netos de petróleo y sus derivados, cuyos precios al parecer tenderán a estabilizarse o a aumentar si se mantiene el acuerdo al que llegaron productores de petróleo miembros y no-miembros de la Organización de los países exportadores de petróleo (OPEP).

Mientras, la Reserva Federal de EE.UU. (FED, por su sigla en inglés) aumentó la tasa de interés y, al parecer, está dispuesta a volver a aumentarla a fin de anticiparse a una potencial aceleración del crecimiento y con la finalidad de llevar de nuevo a la normalidad a los mercados financieros luego de muchos años de tasas cercanas a cero. Para este país eso anuncia mayores costos en el refinanciamiento de la deuda pública externa y/o en la colocación de nueva deuda tanto pública como privada.

Pero, la vulnerabilidad estructural que más justificaría un acuerdo con el FMI son la falta de solución al problema eléctrico y el aumento de la deuda pública que genera la reducida presión fiscal. Cabe recordar los señalamientos de los técnicos del FMI a final de 2016 durante la evaluación del PIB como parte del Artículo IV, con relación a que el país tiene una de las presiones fiscales más baja del mundo.

Con todo y la última reforma fiscal, la presión tributaria no ha llegado al 16% estimado en la Estrategia Nacional de Desarrollo. En tanto, el Departamento de Crédito Público, del Ministerio de Hacienda, muestra una deuda pública del Sector Público No Financiero (SPNF), sin la del Banco Central, de 37% del PIB. Recientemente el ex-representante del país en el FMI, el economista Ruddy Santana, planteó la necesidad de que el país firme un acuerdo precautorio con el Fondo Monetario, fundamentalmente para hacer avanzar las reformas estructurales que requiere la economía, en especial la reforma fiscal.

De ahí que la firma de un acuerdo con el FMI sería una alternativa en un futuro cercano, ya que con su asistencia técnica ayudaría al diseño de la reforma fiscal y al adecuado manejo del endeudamiento, a la vez que sería un facilitador de recursos ante eventualidades, no solo de sus arcas sino de la de sus hermanos menores, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con su brazo financiero de ayuda al sector privado.

Quizás se vea como una precipitación, pero lo cierto es que quien “bebe agua delante” sufre menos sed, y todo apunta a una potencial falta de recursos o a la necesidad de obtenerlos más caros que los ofrecidos por estos organismos multilaterales.

La búsqueda de un acuerdo con el FMI serviría además de plataforma para asegurar recursos blandos, certeza en los inversionistas y confianza en las acciones de transparencia que enarbola el Gobierno y que requiere afianzar ante tantos reclamos sociales como los vistos recientemente.

En el país se encuentra nuevamente una misión del FMI para la evaluación anual del Artículo IV, del Convenio Constitutivo. La fecha podrá ser una oportunidad para iniciar las conversaciones que puedan culminar en un acuerdo con la institución ahora que el país no tiene deuda pendiente con Fondo.

La autora es Editora  de Economía & Negocios de LISTÍN DIARIO.

Fuente: http://www.listindiario.com/economia/2017/02/02/452604/requerira-el-pais-firmar-con-el-fmi